martes, 30 de junio de 2009

Intervención después de la liberalización

Los gobiernos se disponen a inyectar dinero en los bancos que arriesgaron su dinero en el pasado sin tener demasiado control sobre sus transacciones. En ese pasado tan reciente, la globalización llamaba a escapar del control estatal y a deslegitimar los poderes públicos en favor del capital; ahora el capital necesita el dinero gubernamental, por supuesto, también quieren seguir sin control.

Hace mucho tiempo que se habla de la pérdida de control del Estado en la Sociedad de la Información. Castells en El poder de la identidad, nos explica de manera clara como el hecho de la unidad transnacional de la economía a través de la interdependencia de los mercados. A medida que el modelo de la Nueva Economía globalizadora avanza, las empresas han ocupado el lugar que antaño ocupaba el Estado, desplazando a éste y ejerciendo una acción reguladora que, al final, afectaba a las políticas presupuestarias de las naciones desde las que operan esas empresas transnacionales.

Las empresas, conjuntamente con las organizaciones supranacionales que velan exclusivamente por los intereses del “mercado” tales como el FMI y el Banco Mundial, llevan años marcando el ritmo económico del mundo. Años, durante los cuales hemos presenciado las críticas constantes a acciones estatales intervencionistas como las operadas por países como Venezuela y Bolivia cuando han intentado recuperar para el Estado los porcentajes escandalosos de beneficios que empresas (algunas españolas) ganaban y no invertían en esos países evidentemente empobrecidos.

¿Qué diferencia podemos encontrar entre la decisión de Chávez de nacionalizar el 60% el petróleo venezolano y la de Zapatero de inyectar 3000 millones en líneas de crédito para promotores e inmobiliarias? ¿qué diferencia hay entre la opción de nacionalizar el petróleo Boliviano y que EEUU intervenga para estabilizar los mercados monetarios?

En ambos casos se produce una intervención del Estado en asuntos económicos en manos de empresas privadas, empresas que mientras se han estado enriqueciendo no han tenido en cuenta las necesidades y los problemas de los Estados en los que operan porque, fundamentalmente, operan en todo el mundo y su carácter supranacional y global supone la plataforma perfecta para escapar de la regulación y el control. Ahora estas empresas, buscan/exigen la ayuda del Estado, es el caso de EEUU y de las inmobiliarias y constructoras españolas; y esos mismos Estados, que ayer demonizaban a Hugo Chávez y a Evo Morales por nacionalizar sus recursos naturales acusándolos de intervencionistas, ahora toman la misma decisión: intervienen en la economía, pero esta vez a favor de las empresas.

Mientras tanto seguiremos cometiendo la imprudencia etnocentrista de pensar que “salvar la economía de los países desarrollados” está bien y que “salvar la economía de países en vías de desarrollo” no es del todo necesario si con ello se perjudica a “nuestras” empresas privadas.

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Europa y EEUU

FUENTE: MARIAN ORTIZ, para el diario El País. Sección política.

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